Cuando empezamos a tomarnos más en serio esto de la fotografía, debemos tener muy clara la gran importancia de practicar. Suele ser necesario hacer muchas fotos para llegar a conocer bien nuestro equipo y a poder desenvolvernos adecuadamente en cualquier situación fotográfica.
Existe una serie de fotografías que la mayoría de nosotros hemos hecho, querido hacer o, al menos, hemos visto de mano de cualquier otro fotógrafo: son ejercicios fotográficos que pueden ser muy buenos para afianzar ciertos conocimientos pero que, más allá de eso, terminarán pareciéndose todos entre ellos si no añadimos un poco de creatividad en su realización.
Para Empezar...
En este artículo vas a ver una serie de fotografías "típicas" que todos hemos visto o hecho en algún momento de nuestra andadura fotográfica. Este artículo no pretende desmerecer la realización de estas imágenes pues, como veremos, son excelentes prácticas para aprender fotografía. Sin embargo, no hace falta que renunciemos a nuestra manera de hacer las cosas para hacer estas fotos. Son motivo "típicos", sí, ¡pero nadie dijo que todas las fotos tuvieran que ser iguales! Si todavía no has hecho alguna de estas fotos, no renuncies a tu creatividad, ¡dale una vuelta al tema! Y si ya las hiciste en su tiempo... quizás es el momento de repetirlas aplicando todo lo que has aprendido desde entonces.
Fotografiar Gotas de Agua
Si lo que queremos es fotografiar gotas de agua, deberemos armarnos de paciencia, pues los resultados pueden tardar en aparecer. Realizando estas imágenes tan vistosas, mejoraremos, por una parte, la sincronización entre nuestro ojo y nuestro dedo, porque deberemos saber cuándo disparar para conseguir captar la gota en el punto que más nos interese. Además, también nos servirá para empezar a relacionarnos con la fotografía de alta velocidad y descubriremos que es importante disponer de una luz adecuada para poder hacer estas fotografías.
¿Cómo podemos añadir algún extra para hacer de estas fotos algo más nuestro? Sólo hay que darle un poco a la imaginación: hay muchas maneras de captar gotas: a punto de caer, cayendo, salpicando, sobre más agua, sobre otros objetos... Una vez domines la acción de capturar la gota en el momento oportuno, puedes empezar a probar cosas nuevas. Suele ser interesante intentar captarla cayendo sobre cualquier otra cosa: fruta, por ejemplo. También puede ser interesante intentar capturar la salpicadura que cause la caída de algún objeto en el agua (en realidad, el mecanismo será el mismo que en el caso de fotografiar sólo gotas).
Finalmente también puedes intentar jugar con los reflejos y transparencias propios de los líquidos para conseguir nuevas texturas o imágenes totalmente distintas.
Fotografiar Humo
Fotografiando humo puedes conseguir entender uno de los esquemas de iluminación más básicos que hay: el contraluz, pues es necesario iluminar de esta manera el humo para que el resultado sea el mejor. Así pues, puede ser una buena manera de introducirnos en el fascinante mundo del strobist o, incluso, de descubrir que una simple lámpara nos puede ser totalmente válida a la hora de iluminar nuestras fotografías.
¿Cómo podemos darle un toque distintos a estas fotografías? Se me ocurren infinidad de ideas: desde utilizar luz de algún color (por ejemplo, añadiendo geles de colores a nuestro flash) o, incluso, aplicar los conocimientos adquiridos (sobre todo aquellos de iluminación) para intentar retratar el humo en un ambiente diferente, lejos del típico fondo negro de estas fotografías. Otra opción que tenemos es la de no dejar nada al azar. Cuando encendemos el incienso (o nuestro foco de humo, sea lo que sea), quizás lo más fácil sería dejar que el humo se moviera solo e ir intentando captarlo con nuestra cámara. Para conseguir imágenes más espectaculares, podemos intentar crear pequeñas corrientes de aire para que el humo haga formas menos "naturales" y dé pie a unas imágenes distintas.
Contraluz Extremo Con el Sol
Utilizar el sol como contraluz es especialmente fácil durante el atardecer. Aprender a hacer fotos a las siluetas que nos regala este tipo de iluminación nos ayudará a entender las bases de la medición de exposición, es decir: no hay la misma luz en el fondo que en el sujeto y eso debemos aprender a plasmarlo con los parámetros que utilicemos en nuestra cámara a la hora de tomar la fotografía.
Conseguir un contraluz con personalidad es muy fácil, sobre todo si tenemos a un modelo humano en nuestra imagen: basta con intentar contar algo. Si conseguimos que la imagen no sea un simple busto sino un personaje con una historia, nuestra fotografía ganará en expresividad.
Bokeh con Lucecitas
¿A quién no le llaman la atención aquellas bolas de colores que aparecen en el fondo de algunas fotografías? Si sabemos que se trata de puntos de luz desenfocados, nos será más fácil realizarlos y, de hecho, con ello aprenderemos a realizar un enfoque selectivo (es decir, enfocar un punto concreto que nos interese) y, también, a trabajar con la profundidad de campo (pues si tenemos una profundidad de campo muy grande, el resultado no será el mismo).
Conseguir este tipo de imágenes con un poco más de creatividad es más fácil todavía que en el caso del contraluz extremo y es que basta con integrar las lucecitas en nuestra fotografía. Es decir, que tengan un sentido, una razón de estar. Quizás el truco está en que no sean el sujeto principal, quizás sea darle un protagonismo que, hasta ahora, no tenían. El caso es darles una misión en la fotografía, que cuenten algo. Otra manera de conseguir imágenes distintas es intentando conseguir que estos puntos de luz, en vez de ser redondos, adopten otras formas, aunque para eso necesitarás hacer un poco de bricolaje.
El Efecto Seda
Las largas exposiciones, en general, suelen ser difíciles de realizar pues necesitan de una preparación previa (localización, tiempo de exposición...) y de un material concreto (trípode, mando...). Además, las largas exposiciones suelen ser, también, visualmente muy atractivas porque enseñan cosas que el ojo humano no puede ver. De todas las largas exposiciones, vamos a centrarnos en una en concreto: el efecto seda. Consiste, simplemente, en captar el movimiento del agua, así que de la misma manera que la fotografía de las gotas nos enseñaba a trabajar con la fotografía de alta velocidad, el efecto seda nos familiarizará con la fotografía de baja velocidad. Estas fotos suelen ser todas muy parecidas: mezclando el movimiento del agua con elementos estáticos como, por ejemplo las rocas.
Conseguir hacer una fotografía con efecto seda diferente puede ser un poco más complicado porque dependerá de las opciones de la localización que hayamos elegido. En general, si intentamos incorporar algún elemento que no sea la típica roca de río o de mar, podemos conseguir imágenes bastante curiosas. También nos puede servir intentar una composición un poco más arriesgada o un punto de vista diferente.
¿Has Hecho Alguna de estas Fotos Alguna Vez?
¿Intentaste ir más allá del ejercicio y acercarlo un poco más a tu manera de hacer fotos? ¿Nos lo enseñas?