Que la fotografía es luz es algo que te hemos dicho muchas veces. Lo que son las pinturas a una obra pictórica, es la luz a una fotografía. Es su esencia. Es su razón de ser.
Pero en este artículo no quiero hablarte solamente de la luz como ese componente que nos ayuda a que la cámara sea capaz de registrar lo que tiene ante ella. En este artículo quiero hablaros del poder que tiene la iluminación como un elemento compositivo propio de una fotografía. ¿Te quedas conmigo a descubrir más sobre el tema?
Próximo Reto: Busca la Luz (Y la Sombra)
Busca la luz, al igual que puedes buscar a la persona de tu próximo retrato callejero o buscar el encuadre que cumple con la regla de los tercios. Busca ese rayo de luz, ese juego de luces y sombras que hacen que la mirada de quien observa la fotografía vaya directamente al punto que quieres, no por un color destacado. Tampoco por el rostro bonito de nuestro modelo, o un paisaje espectacular, sino porque la combinación de luces y sombras le ha dirigido exactamente a ese punto.
La definición de iluminación que nos da la RAE dice: "Acción y efecto de iluminar", y "Conjunto de luces que hay en un lugar para iluminarlo o para adornarlo". La definición de sombra es: "Oscuridad, falta de luz, más o menos completa", y "Imagen oscura que sobre una superficie cualquiera proyecta un cuerpo opaco, interceptando los rayos directos de la luz".
Y os preguntaréis... ¿por qué las definiciones? Pues para que comprobéis, que la sombra no se entiende sin la luz. Que son conceptos que están íntimamente ligados, y que juntos, sabiendo combinarlos, pueden ser muy poderosos y ayudarnos a mejorar considerablemente la composición de nuestras tomas.
Porque hablar de luz es hablar también de sombra. Si está todo perfectamente iluminado es probable que necesitemos utilizar otro tipo de elementos para llamar la atención de quien observa la fotografía, como pueden ser por ejemplo el color o el motivo fotográfico, como ya veíamos en la guía del lenguaje visual.
Pero ¿y si solo queremos jugar con la iluminación? ¿Qué ocurre? Pues que gracias al juego entre luces y sombras podremos dirigir la mirada hacia la parte de la fotografía que más nos interesa. Fíjate por ejemplo en la siguiente imagen.
Cuando observamos esta toma nuestra mirada se va directamente a dos puntos. El primero de ellos el rostro de la mujer. El segundo de ellos su barriga. ¿Por qué? No es algo casual por supuesto. El fotógrafo ha iluminado estratégicamente esas dos zonas del encuadre porque son lo relevante de la captura, y nos manda un mensaje: el rostro de una madre ilusionada por la próxima llegada de un nuevo miembro a la familia.
¿Pero por qué tiene tanta fuerza esta imagen? La protagonista es importante, por supuesto. Pero sobre todo es por su contraste. Por el juego entre luces y sombras. Por la iluminación que tiene. Imaginaos la misma toma pero toda iluminada de manera uniforme. Ojo, no estaría mal, pero ni tendría la misma fuerza expresiva ni dirigiría tan bien la mirada del espectador.
Con esto quiero expresar que cuando hablamos de iluminación en términos generales, no solo nos referimos a cómo iluminamos una escena, sino también a cómo no la iluminamos. Qué es lo que decidimos que se vea y lo que no, mediante el juego entre luces y sombras.
Formas de Apreciar la Luz en una Fotografía
Cuando hablamos de la luz como un elemento compositivo más en fotografía, podríamos decir que hay dos formas de incluirla en nuestras tomas:
- La forma más obvia: Incluir la propia fuente de luz en la composición. Como por ejemplo, las fotos a luces de velas, a las luces de navidad, o al sol.
- La forma no tan obvia: Cuando la luz ilumina de una forma especial un motivo fotográfico. Si observas a tu alrededor, seguro que descubres rincones especiales por la luz que le incide en un momento concreto. Un retrato a la luz del atardecer por ejemplo pertenecería a este segundo grupo.
Conoce las Propiedades de la Luz para Usarlas en Tus Composiciones
Antes de empezar a ver algunos ejemplos, es necesario repasar las propiedades de la luz, ya que si las conocemos sabremos cuándo y cómo usarlas para darle a nuestras fotos más fuerza.
- Intensidad. La intensidad de la luz nos indica la cantidad de ésta que hay presente en una escena, y determinará la exposición de la fotografía. Para modificar esta propiedad, puedes jugar con la potencia de la fuente de luz o con la distancia entre la fuente y el sujeto u objeto protagonista.
- Calidad. La calidad de la luz hace referencia a la relación que existe entre el tamaño de la fuente de luz y la del sujeto u objeto que estamos fotografiando. De esta propiedad podemos distinguir entre:
- Luz dura. La luz dura es aquella que se produce cuando la fuente de luz es más pequeña que nuestro motivo fotográfico, y por tanto, se generan sombras muy marcadas y contrastes intensos entre las luces y las sombras, siendo la transición entre ellas repentina.
- Luz suave. La luz suave es aquella que se produce cuando la fuente de luz es más grande que nuestro motivo fotográfico, o cuando la luz está reflejada sobre alguna superficie. La luz suave es un tipo de luz difusa, ya que la transición entre luces y sombras es sutil y progresiva.
- Temperatura de Color. La temperatura de color afecta al estado de ánimo que transmite una fotografía. Dicha temperatura se mide en Kelvin (K), y los valores pueden variar aproximadamente desde los 1000 K hasta los 10.000 K, siendo 1000 el extremo cálido y rojizo y 10.000 el extremo frío o azulado.
- Dirección. La posición desde la que va a incidir la luz a nuestro sujeto u objeto protagonista va a influir en cómo el espectador percibe la apariencia de dicho protagonista. Si hablamos de la dirección de la luz, podemos distinguir entre: luz frontal, luz lateral, luz trasera, luz cenital y luz nadir. Si quieres ver ejemplos de cada una de ellas no dejes de echarle un vistazo a este otro artículo.
Luz Natural y uz Artificial
Además de conocer las propiedades de la luz, también es interesante que conozcamos las diferencias que existen entre un tipo de luz natural y un tipo de luz artificial.
Asé pues, cuando hablamos de luz natural la fuente de luz principal será el sol, que puede verse apoyada por los reflejos de ésta en los elementos del entorno. No podemos apagar el sol, o darle a un botón para que tenga menor intensidad, pero sí que podemos utilizar accesorios y trucos para poder tener un mínimo control sobre él, como te comentábamos en este artículo. Además, deberemos distinguir y conocer el tipo de luz que tenemos en cada momento del día, ya que sus propiedades variarán y eso afectará al resultado final de nuestra toma.
Por otro lado tenemos la luz artificial, que es aquella sobre la que tenemos todo el control. Ésta sí que podemos cambiarla de posición, bajarla de intensidad e incluso cambiarla de color. Las principales fuentes de luz artificial serán o flashes o focos de luz continua, aunque también son fuentes de luz artificial por ejemplo la luz de las velas o de una farola.
Análisis de 6 Ejemplos
Y ahora que ya hemos repasado un poco de teoría, vamos a pasar a la práctica. A continuación analizaremos seis ejemplos fotográficos en los que la luz es la protagonista de la composición, o uno de los principales motivos por los que ésta mejora. Veámoslos.
Fotografía 1
Observa la fotografía. ¿Qué es lo primero que vemos? La luz. El pequeño trozo que está iluminado por la luz del día. Si te fijas, en la toma las también aparecen texturas y líneas curvas que nos llevan hasta ella, pero es en la zona de la luz a donde van nuestros ojos primero.
Esta captura está hecha en un lugar conocido del Gran Cañón del Colorado, el Antelope Canyon. Este lugar es famoso por la luz mágica que tiene en ciertos momentos del día, y no es algo que solo sepan apreciar los fotógrafos. La imagen de arriba es atractiva, pero si como decíamos antes, tenemos un poco de paciencia y sabemos elegir el momento del día en el que tenemos una mejor iluminación natural, mira lo que ocurre:
¡Tenemos un fotón! Aquí el elemento principal sigue siendo la luz. El rayo de luz que entra por la cavidad del cañón es el auténtico protagonista. Pero que la luz también nos deje entrever las formas tan atractivas que dibujan las rocas, hacen de esta captura un toma mucho más especial y compositivamente hermosa .
Fotografía 2
Este segundo ejemplo tiene un motivo fotográfico mucho menos espectacular que el cañón que hemos visto antes, pero si te fijas, gracias a la luz, se ha conseguido una captura muy bonita de un objeto que puede resultar bastante cotidiano.
Se podía haber hecho la toma en cualquier momento, pero el fotógrafo se esperó a que entrara ese rayito de luz por la ventana, que hace que al mismo tiempo que destaca el ramo de flores, la sombra proyectada sea claramente identificable y le de a la composición un toque especial. Ya lo ves... una foto de lo más sencilla con la iluminación como elemento principal.
Fotografía 3
¿Te acuerdas de que una de las propiedades de la luz era la temperatura de color? Esto es precisamente lo que destaca en esta captura, la temperatura de color de la fuente de luz: el sol. Esta foto podría haberse hecho en otro momento que no fuera el atardecer, pero ¿hubiera sido tan especial?
Fíjate en como a la modelo parece que se le enciende el pelo gracias al contraluz que tenemos. Fíjate en como todo el paisaje se tiñe de un precioso color cálido. Esto no lo hubiéramos logrado con otro tipo de iluminación.
Aquí, cuando observamos la foto, lo primero que destacamos no es el paisaje. Tampoco la chica aunque sea el elemento principal del encuadre. Es la luz que baña la imagen.
Fotografía 4
Llegamos a la fotografía de ejemplo número 4. ¡Qué precioso juego de luces y sombras! ¡Qué contraste! Desde luego, en esta imagen está clarísimo que la luz es un elemento esencial. Al haber hecho la captura cuando el rayo de luz que entraba por la venta solo ilumina lo justo, le da a la toma un halo de misterio que la hace realmente atractiva, y más si además le añadimos una silueta extra al encuadre: la del fotógrafo.
Si todo el escenario hubiera estado perfectamente iluminado, la imagen probablemente no hubiera tenido el dramatismo y la fuerza que tiene en este caso. Aquí comprobamos una vez más, que la iluminación no es solo elegir lo que mostramos, sino también lo que no mostramos.
Fotografía 5
Este es otro ejemplo que ilustra perfectamente como la luz puede mejorar mucho nuestras composiciones. La foto de un bosque puede resultar ya atractiva de por sí, pero ¿qué me decís de ese contraluz? ¿No parece que el bosque se convierte en un lugar mágico gracias a que los rayos de luz lo atraviesan? Desde luego, la imagen parece mucho más impactante.
Además aquí la temperatura de color también juega un gran papel, haciendo que un entorno que quizá en otras condiciones atmosféricas podría llegar a ser tenebroso, en este caso parezca un lugar lleno de paz y tranquilidad en parte a la calidez de la luz que lo ilumina.
Fotografía 6
Por último, no podíamos no poner este ejemplo. Aquí resulta evidente el dramatismo y la fuerza que la iluminación aporta a la fotografía. Si hay una propiedad de la luz de las que veíamos antes que destaca sobre las demás en esta captura, es la direccionalidad. La fuente de luz, está situada en un plano cenital (desde arriba), y eso hace que se marquen perfectamente los contornos de la silueta del protagonista.
Además, como el fondo se queda en la penumbra, llegamos a apreciar esa direccionalidad viendo los rayos de luz caer desde la parte superior de la imagen.
¡Ve Hacia la Luz!
Ya has visto lo importante que es la iluminación, no solo cómo elemento esencial de la fotografía que es, ya que sin luz no podríamos obtener fotografías. Sino que la iluminación también puede ser un elemento determinante de la composición de una imagen, que nos ayude a dirigir la mirada hacia un punto concreto de ésta. Eso sí, para conseguir que sea la iluminación de una foto lo que más nos llame la atención de una toma, habrá que estar muy atentos al entorno que nos rodea o recrear esquemas de iluminación en los que precisamente destaquemos la iluminación como elemento protagonista de la fotografía.
¿Qué me dices? ¿Te animas a practicar y encontrar tu propia luz?